Peque era una carey que sufrió muchísimo y que no se hacía a la presencia humana. Abandonada sin madre (no sé las causas), a Peque la vimos con signos de maltrato en el verano de 2013, pues cojeaba de una de las patas traseras y mostraba una herida en el muslo. Le costó hacerse un pequeño hueco en la camada de las gatas Trasti y Pinto, donde Blondie (el macho de la camada) se empeñaba siempre en estar a su lado. Durante el otoño se la vio con un proceso en uno de los ojos del cual aparentemente se recuperó.
Siento decir que el pobre animal se nos quedó encerrado durante 4 días en el garaje a finales de verano, logrando sobrevivir pero a costa de quedarse ronca temporalmente.
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